El envejecimiento es a menudo un momento de transición, y los cambios que se producen en esta etapa puede afectar su salud mental. Mientras que algunos adultos mayores prosperan en sus años de jubilación, otros se enfrentan a más desafíos con la salud mental y el envejecimiento.

Los adultos mayores que han tenido experiencias de por vida con trastornos de salud mental, pueden seguir luchando con estas condiciones durante el proceso de envejecimiento.

Algunas personas experimentan una mejoría de sus síntomas a medida que envejecen, mientras que otras ven cómo empeora su salud mental.

Sin embargo, por desgracia también es frecuente que surjan nuevos problemas de salud mental como consecuencia del proceso de envejecimiento.

Los problemas de salud física, las transiciones importantes en la vida y otras experiencias comunes durante el envejecimiento pueden afectar al bienestar emocional, por lo que es especialmente importante cuidar la salud mental a medida que se envejece.

6 formas en que el envejecimiento puede afectar tu salud mental y emocional

Envejecimiento, desesperanza y aislamiento

Una de las conexiones clave entre la salud mental y el envejecimiento es el aislamiento físico y social. La soledad y el aislamiento son muy comunes entre las personas mayores, y estos problemas pueden tener consecuencias devastadoras.

A medida que envejeces, puedes encontrar cada vez menos oportunidades de conectar con tus seres queridos y con la comunidad en general.

Muchas personas encuentran conexiones sociales significativas a través de su lugar de trabajo, pero puedes perder esa salida social después de jubilarte.

Si tienes dolores crónicos o problemas de salud física, puede resultarte difícil salir de casa y participar en actividades sociales. La soledad es un problema especialmente grave para las personas mayores que viven solas y no tienen familia cerca.

El aislamiento social contribuye en gran medida a la depresión, especialmente entre los adultos mayores. Necesitamos interacciones sociales regulares y de alta calidad para prosperar, pero algunos mayores se pierden esas experiencias. Tanto en nuestra residencia de ancianos y mayores dependientes como en el centro de día para mayores, realizamos actividades diarias para mejorar la socialización de nuestros residentes.

Además, la depresión puede aumentar los efectos del aislamiento social. Cuando uno sufre depresión y desesperanza, puede no sentirse motivado para salir y socializar.

Envejecimiento y pérdida de identidad

La jubilación puede ser una excelente oportunidad para dedicarte tiempo a ti mismo y explorar nuevas aficiones. Sin embargo, muchos adultos mayores luchan con su sentido de identidad a medida que envejecen.

  • Por ejemplo, si has pasado toda tu vida cuidando de otros miembros de su familia, puedes sufrir una crisis de identidad si padeces un problema de salud y alguien tiene que cuidar de ti.
  • Si tu sentido de pertenencia y propósito provenían principalmente de tu trabajo, puedes sentirte perdido tras la jubilación.

La pérdida de identidad es a la vez causa y síntoma de depresión en las personas mayores.

Cuando los adultos mayores no tienen oportunidades de encontrar alegría, satisfacción y propósito en su vida cotidiana, pueden empezar a sentirse deprimidos por envejecer. Al mismo tiempo, la depresión puede causar más problemas con su sentido de propósito o autoestima.

Envejecimiento y dolor o malestar físico

Los problemas de salud física suelen ser la explicación de la relación entre la salud mental y el envejecimiento. No todas las personas mayores sufren dolor crónico o diagnósticos de salud graves, pero estos problemas son más frecuentes a medida que se envejece.

Intentar desenvolverse en la vida con dolor u otros síntomas físicos puede ser extremadamente difícil y mentalmente agotador impidiendo un envejecimiento activo.

Tareas que antes parecían sencillas ahora pueden requerir un gran esfuerzo, lo que le deja física y emocionalmente agotado.

La depresión, la ansiedad y otras preocupaciones psicológicas son alarmantemente comunes entre las personas de todas las edades con dolor crónico.

Efectos secundarios de enfermedades físicas

El dolor crónico y otros problemas de salud física pueden tener un coste emocional, ya que pueden dificultar la realización de las actividades cotidianas. Sin embargo, algunas enfermedades también pueden afectar directamente a la salud mental.

Por ejemplo, existe una relación clara y documentada entre la enfermedad de Parkinson y la depresión debido a los cambios neurológicos que se producen en el cerebro como consecuencia de esta enfermedad.

Del mismo modo, muchos ancianos experimentan la aparición de un trastorno psiquiátrico tras sufrir un ictus.

La demencia y el deterioro cognitivo también están estrechamente relacionados con los trastornos psicológicos.

Los efectos secundarios de los medicamentos también pueden influir en el envejecimiento y la salud mental. Si has empezado a tomar recetas para controlar una enfermedad, es posible que notes un cambio en tu estado de ánimo, tu nivel de energía o tu estado emocional general.

Miedo al envejecimiento y enfermedad

Los últimos años de la vida pueden ser un hermoso momento para conectar con la familia y reflexionar sobre la propia vida, pero también pueden ser una fuente de miedo y ansiedad para algunas personas mayores.

El envejecimiento conlleva mucha incertidumbre, y esto puede tener un coste emocional.

El miedo al proceso de envejecimiento en general es común entre los adultos mayores, especialmente aquellos a los que se les ha diagnosticado una enfermedad grave o tienen antecedentes familiares de problemas de salud.

Es posible que te sientas abrumado por la preocupación de perder tu independencia o tu calidad de vida si tu salud empeora. La ansiedad ante la muerte y la agonía también es una experiencia común entre las personas mayores.

La pérdida de seres queridos

El duelo afecta a personas de todas las edades, pero las pérdidas suelen ser más frecuentes a medida que se envejece.

La pérdida de un cónyuge, un hermano, un amigo o cualquier otro ser querido puede ser increíblemente dolorosa. Después de toda una vida conociendo y queriendo a esa persona, hay que adaptarse a una nueva vida sin ella.

Los sentimientos de depresión y desesperanza tras una pérdida son una parte normal del proceso de duelo, por lo que el duelo no se considera un trastorno de salud mental. Sin embargo, no deja de ser una experiencia extremadamente difícil, y algunas personas mayores luchan con efectos emocionales duraderos durante años después de una pérdida.

Envejecimiento y salud mental

Existe una clara relación entre la salud mental y el envejecimiento, pero esto no significa que la salud mental esté condenada a empeorar con la edad.

Muchas personas experimentan sus años más felices y significativos más tarde en la vida porque tienen los apoyos necesarios para ayudarles a mantenerse bien. Si te preocupa tu salud mental o la de un ser querido, el asesoramiento para mayores puede ser una gran oportunidad para abordar el problema y mejorar su bienestar emocional.